El Cambio

Durante nuestra vida profesional, y más si nos dedicamos al mundo de las TIC, seguro que todos hemos pasado por un cambio de puesto de trabajo. Algunas veces puede que forzado, y pasando unos mesecitos en el paro, y otras simplemente porque estábamos en una cárnica y nos cansamos y nos queríamos cambiar a otra cárnica que creemos puede ser mejor, o puede ser que nos den más pasta, mejor horario, ubicación.

En definitiva, si llevas unos años en el sector seguro que sabes de lo que te estoy hablando. Llega un momento que decides, o tienes que cambiar de empresa. Si es desde el paro no es tan complicado, haces tus entrevistas, eliges aquello que más te convenga y listo. Cuando estás trabajando para alguna cárnica entonces la cosa se complica algo más. Realmente puedes estar quemado con el proyecto, los gerentes, el trato, un sueldo miserable, nefastos horarios, horas extra no remuneradas, responsabilidad por encima de salario y rango, poco reconocimiento y agradecimiento a tu labor, una ubicación penosa…o puede que incluso sea todo al mismo tiempo, que es lo normal. La cosa es que estamos en una Cárnica y decidimos cambiar a otra por una serie de motivos.

Cuando ya estamos trabajando y nos queremos cambiar de empresa hay que dar varios pasos. Tras una entrevista, o varias, llegamos a un acuerdo con la cárnica a la que nos queremos mudar. El primer paso es recibir un precontrato de esa futura cárnica que va a pasar a explotarnos en los siguientes días. Una vez, y sólo cuando ya tengamos el precontrato firmado pasamos a avisar a nuestra Cárnica actual, a la cual le entregamos una carta de baja avisando de los días que nos quedan por trabajar allí, siempre y cuando queramos quedar bien, es decir: dar los típicos 15 días de preaviso (según el convenio de cada charcutería serán 15 laborales o naturales). A las malas, ésto podríamos hacerlo directamente, llegar un día y decir que es nuestro último día. Esto no penaliza en nada el finiquito, salvo que te descuentan esos 15 días de preaviso, pero lo que te deban de paga extra y vacaciones no se toca.

Una vez con tu precontrato firmado y carta de baja entregada sólo falta firmar tu nuevo contrato e incorporarte con la nueva Cárnica y woala! Ya podrás ser felizmente explotado por un nuevo negrero.

Os quisiera contar una historia, de un antiguo conocido en este repugnante sector. De cómo algo que es simple y debería ser limpio se complicó, y no por parte del Empleado, sino por parte de las cárnicas, las cuales las componen comerciales y gerentes sin entrañas ni ética. Vayamos con la historia:

Antonio trabajaba para “TiExplotoToIto” en un cliente “tope mierder”. Antonio era un currante sin más, hacía sus horas, cumplía con sus labores y curraba lo mejor que podía. «TiExplotoToIto” estaba muy contenta con Antonio, pero eso sí, no le subía ni un maldito céntimo el sueldo porque “la cosa está muy apurada”. Varias cárnicas similares se disputaban el control del cliente, es decir tenían empleados colocados en sus oficinas estratégicamente.

La cosa se complicó para Anonio cuando su empresa le comunicó que había perdido el pliego y lo había ganado justo la otra empresa competidora, una tal “CharcuSoft IT”. Le comunicaron entonces que en unos días debería salir del cliente y volver a la oficina, al banquillo de los desasignados. La cosa es que Antonio estaba bien valorado en el cliente, mucho mejor que la cárnica a la que pertenecía (al final el trato con los clientes, los proyectos y pliegos los curran y ganan los trabajadores con el día a día). Así que Antonio a los pocos días recibió una llamada de “CharcuSoft IT”: querían ofrecerle el mismo puesto de trabajo, en el mismo cliente y con alguna pequeña subida de sueldo (de esas que le negaba su cárnica actual). El cliente pasó su contacto a la nueva cárnica y le dijo que le llamasen para seguir contando con él. Antonio feliz de poder conservar su puesto en el cliente y poder subir algo comenzó con los trámites: precontrato y luego carta de baja a la empresa.

Pero aquí viene el tema. A Antonio, su actual cárnica le preguntó cándidamente que a dónde se cambiaba, y Antonio cometió el error de decirlo. La gerente directora de “TiExplot ToIto”, una tal Cruela DeVil con un cuadro psicótico digno de una fusión de Charles Manson y Calígula, entró en furia, en modo SuperSayan. Iba a perder un recurso muy económico, y no sólo eso, se iba a la competencia, y no sólo eso, ganando mas. Cruela ciega de rabia decidió torpedear la futura incorporación de Antonio a la cárnica rival. Igual que en el mundo laboral a baja escala todos acabamos conociendo a mucha gente a lo largo de los años, al nivel de los jefazos pasa lo mismo, y dio la casualidad de que Cruela tenía un importante contacto en “CharcuSoft IT”. Llamó y dijo que Antonio era tal y cual, y una peste bubónica de empleado vamos. Desconozco los detalles del discurso lleno de odio y maldad que debió soltar, pero al día siguiente lo que sí sé, es que RRHH de ““CharcuSoft IT” llamó a Antonio para echar atrás su futura incorporación alegando…no sé qué de unos unicornios de Narnia que estaban de huelga.

Así pues, Antonio pidió anular también todo en su actual cárnica y al final siguió allí durante mucho tiempo. Cruela ganó esa batalla, jodió a uno de sus mejores empleados y le mantuvo sometido a sus caprichos y con un salario congelado durante años.

La moraleja de esta historia no sólo es que hay gente muy hija de puta, o gente trastornada, o sin escrúpulos. Tampoco es que los gerentes, directivos, comerciales y demás sean siempre todos unos desalmados, que también lo son, a todo esto. La moraleja es que cuanto menos sepan menos podrán putearte. El único error de Antonio fue ser legal, ir con la verdad e intentar quedar bien con su empresa. A cambio recibió una jugarreta de una bajeza humana tremenda.

Cuando os cambiéis de empresa recordad la anécdota y el dicho: en boca cerrada no entran moscas, como diríamos en el mundo TIC, en boca cerrada no putean trileros.

El Cambio

Las Tres Moiras

“Gracias a la colaboración de Corrfan hoy os traigo una “bonita” historia, un ejemplo más a la lista, de lo muy mal que se trabaja en este sector informático, y sobre todo lo asqueroso que se hace pasar un día tras otro involucrado en este mundo laboral, viendo tanta mierda sin poder hacer nada, con impotencia y asco.

Hoy Corrfan nos hablara de las Moiras y los proyectos peste, desde su particular vista. Nos hablara de como en todos los proyectos peste descubrimos los mismos patrones y un caso particular, el que nos contará hoy.” Texto de Corrfan;

En todos los proyecto peste que he participado siempre acabo por descubrir los mismos patrones, podríamos llamarles las tres brujas o parcas que cortan la fina línea de la vida y hunden a un proyecto. Sí, sí, hablo de Moiras. Pues bien, estas serían las Moiras de un proyecto peste, de un autentico marrón:

  • La Moira del tiempo escaso en cada entrega.
  • La Moira del grupo de recursos reducido.
  • La Moira del personal dudosamente cualificado.

Se levanta el telón y vemos cómo el cliente aprieta desde el minuto cero. Al principio todo el mundo aparentando ser un crack, ofreciéndose, involucrándose, comprometiéndose… pero una persona no puede fingir indefinidamente. Los hábitos naturales de cada uno se acaban viendo tarde o temprano. (El engañao, el loser, el vigilator, milhouse, quality man, el trilero…cada uno se acaba descubriendo y destapando a sí mismo)

Recuerdo aquel proyecto… de los cinco que conformaban el proyecto: 3 analistas orgánicos, por no decir programadores avanzados con cierta responsabilidad de análisis, un analista funcional, por no decir, uno más pero sin picar, no sea que le salga sarpullido (vamos que se rascaba bien las bolas haciendo Excel y documentos Word muy chulos). Y un jefe de proyecto que no hace nada salvo poner la carita al cliente de que todo va de lujo en las reuniones de seguimiento (aparte de acariciarse entre ellos y deshacerse entre halagos mutuos sobre lo buenos gestores que son).

De los tres AO hay uno que, gracias a su fácil trato con el personal privilegiado, ha conseguido entrar en el proyecto por recomendación de un “súper amigo” de otro departamento que hablaría bien de él. Éste fue el primero que se colocó un resorte en su sitio todos los días a las cinco en punto y que lo calibraba minuciosamente todas las semanas. Cuando entraron las prisas en los períodos de entrega y donde había que arrimar el hombro, éste “personaje” no recalibraba el resorte. Los demás compañeros orgánicos (los otros dos) se quedaban siempre unas horas más para poder avanzar lo máximo posible con el desarrollo y así poder llegar. Uno de ellos de hecho se quejó al jefe de proyecto de que no era normal que unos sí y otros no, que aquí o todos arrimaban el hombro o nada. Y para colmo veían que cuando se iba a las 17:00 siempre dejaba algún “brownie” (argot definido por ellos cuando se cometía una cagada sutil pero lo suficientemente gorda como para afectar al desarrollo completo). La queja se escaló al gerente, el cuál alegó que éste miembro había pactado una hora de salida todos los días puesto que vivía muy lejos y que tenía que cuidar de su madre, además de la familia propia que ya tenía.

Por otro lado, el analista no ayudaba demasiado. Además de jactarse de saber mucho y ser un vende motos con el jefe de proyecto, los análisis que debía cumplimentar para que los demás pudieran avanzar se iban retrasando y tardaba semanas en acabarlos (Era un analista superguay muy cool y sofisticado con un máster de esos en rascarse las bolas y pasar marrones a los demás). Esto retrasaba la codificación y muchas veces había que revisarlos y pulirlos ya que no quedaba todo claro el análisis, siempre difuso, con retraso y poco legible. ¿Y quién se comía todo? Acertaste. Los dos AO de siempre.

Con el paso del tiempo estos AO se fueron haciendo piezas clave en el proyecto. El cliente recurría más a ellos. Eran tomados en cuenta en las reuniones antes que el analista. Simplemente, por su trabajo e implicación, simpatizaban más y el cliente podía ver que respondían. Y hasta aquí los pros. Ahora vienen los contras que encontraron estos dos AO; Responsabilidad por encima de su cargo, Más presión y exigencia hacia ellos a la hora de avanzar con las tareas, esperando mas de ellos que de nadie. (Españistan es así, si vales, eres bueno y sabes hacer algo te ponen a currar a destajo, si eres un idiota pelutalante parlanchín y no sabes hacer la “o” con un canuto te ponen de jefe)

Traducción de esta situación laboral para los AO: horas extras gratis y hacer de “jefe” sobre tu propio jefe de forma involuntaria. Imaginémonos qué ambiente. Disputas, malos royos, discusiones, malas caras, ambiente cargado y tirante, malas formas que al principio son ligeras pero cada día se van volviendo más ásperas.

Acabó la primera entrega no sin problemas surgidos tanto interiores como exteriores. Algún “brownie” de última hora y caras coloradas en alguna subida a producción. Lo típico vamos. Al acabar relativamente satisfechos en esta entrega, el gerente concedió a todo el equipo 4 días extras de vacaciones donde no podrían coincidir entre ellos. Justicia a medias ya que unos lo dieron todo, otro se paseó como pepito por su casa y el analista pues… simplemente seguía a pies juntillas allí sin pena ni gloria.

No era de extrañar que algún día sacasen a los que retrasaban el avance del proyecto. Así fue: sacaron al AO “nini” del proyecto llevándolo a un mantenimiento más tranquilo. Poco después sacaron al analista quien era externo. Alardeaba de que en cualquier otro sitio le podrían pagar 40 mil al año. Metió presión a la empresa directa para que le contratasen. En este caso, la justicia salió a escena y la empresa no accedió a contratarle, abriéndole las puertas para que se marchase cuando lo quisiera y así fue. No tardó mucho en irse. De hecho lo hizo cuando más daño podría causar al proyecto, es decir, coincidiendo con la salida del “nini”.

En dichos huecos introdujeron a gente externa (subcontratada) pero eran recursos volátiles. La empresa estaba en fase de reducir plantilla y a quienes se cargaban primero eran a los externos. Y estos, aunque parecían funcionar y aprender rápido el negocio, ya tenían una fecha de expiración anunciada. La carne fresca a veces viene con fecha de caducidad. Así pues rodó mucha gente en el proyecto, manteniendo a aquellos dos AO que sí que funcionaban y quienes llevaban el timón para que el barco no se hundiera.

Hasta que llegó el día de que uno de los AO pieza clave, que era externo, fue llamado por su empresa porque necesitaban sacarle del proyecto, es decir, echarle.

Este AO lo describimos como una persona involucrada y comprometida con el proyecto desde el principio. Venía todos los días desde Villanueva de La Cañada (nos reímos de donde venía el nini, que alegaba siempre un muy lejos pero que a ciencia cierta nunca se supo exactamente de dónde). La hora de entrada era entre las 8 y las 9 pero antes de las 8 de la tarde no solía salir. Eso significaba que echaba de medias dos horas extras gratis al día. Al ser externo, pudo haber pasado las horas a su empresa pero nunca lo hizo. Se las comió de gratis para no querer darle mucho revuelo ni complicar su situación. No protestaba nunca y todo el mundo estuvo muy contento con su trabajo teniendo la ilusión y esperanza de que algún día la empresa residente la contratara directamente. Pero ese día nunca llegó y ahora lo único que tiene es un triste y frío correo de su subcontrata haciéndole “el favor” de avisarle con tres semanas de que abandonará el proyecto.

Nuestra historia se acaba aquí. Una historia que acaba con un final triste. Las empresas se jactan y se les hincha el pecho todas orgullosas de su magnífico plan de carrera. La moraleja nos dice que da igual lo que hagas, lo que te esfuerces, lo que te valore el cliente. Que aunque te dejes la piel, sigues siendo un número, en este caso un externo que no llegó a entrar cuando lo mereció mil veces más que otros como el nini que no daban palo el agua. Uno está despedido, el otro en un mantenimiento tranquilo y estable.

“Hasta aquí el texto de Corrfan, un claro ejemplo de un proyecto peste donde toda la responsabilidad cae sobre los desarrolladores, y los jefes son unos ineptos. Un claro ejemplo de lo que yo llamo “la justicia informática” donde los buenos currantes acaban en la mierda, y los listillos acaban viviendo bien y con un despacho acristalado.  La gloria para la empresa y la mierda para el currante. Y  la lección como dice Corrfan es simple y básica; no curréis gratis, ni os involucréis más de lo que dice vuestro contrato, vuestro cargo y salario, no asumáis mas responsabilidades de las que os pagan. Jamás os recompensarán, jamás os lo agradecerán y el tiempo (y sufrimiento) perdido en ese proyecto no regresa jamás.

Agradecer a Corrfan su colaboración y desearle mejor suerte a partir de ahora,  y siempre tendrá abierta la puerta de interestrellado para cualquier denuncia o queja que quiera expresar a través de esta web!!”

 

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Las Tres Moiras

Opiniones

Hace ya tiempo recibí este aporte de uno de los lectores de este blog, en el Benjamín Bruno escribía lo siguiente;

«Corrupción, una de las palabras más escuchadas en cualquier medio de comunicación de este país en los últimos tiempos: Mengano tenía una empresa “off-shore” radicada en Panamá que le permitía no tributar chorrocientos millones de euros, Fulano ocultaba tropecientos más en una cuenta en Suiza y Zutano guardaba en bolsas de basura, cual estampitas de la Virgen, fajos de billetes de quinientos euros que, a veces, usaba para equilibrar la mesa camilla del salón que le cojeaba un poco y hacía que se le derramara el té. Y es entonces cuando nos rasgamos las vestiduras antes de pedir la restauración de la guillotina como medio efectivo de hacer limpieza

¿De qué nos sorprendemos? Nuestra clase dirigente es heredera directa de la sociedad que la crea. Quitando de colegios elitistas, los clubs de golf y internados exclusivos, y estas cosas las da un poderoso caballero, los políticos son como tú y yo; por más que lo deseemos, no son una raza aparte ni vienen de otro planeta. No son pocos son aquellos que, si pueden, se ahorran unos euros no pagando el IVA de una factura; los que, en la medida de sus posibilidades y conocimiento, hacen ingeniera fiscal para no tener que pagar un dinero en la declaración de la Renta; los que colocan a un amiguete en detrimento de una persona más cualificada… y así, los ejemplos de la picaresca española crecen exponencialmente hacia el infinito. Algunos lo hacen asfixiados por unos impuestos opresivos, por un mercado laboral esclavista y una clase dirigente ciega y sorda hacia los problemas de los que están debajo y les sostienen. Pero otros lo hacen por vicio, por ser más listos que nadie y ya no digo nada de lo que pasaría si no existiera el Imperio de la Ley y el miedo al castigo.

Así pues, antes de pedir que rueden las cabezas, hagamos un poco de autocrítica. Yo antes que nadie, pues no puedo lanzar la primera piedra. Es cierto, nos han robado, nos han estafado y lo siguen haciendo a manos llenas. Algunos, incluso, mientras se ríen de nosotros. ¿Pero cuanta gente no haría lo mismo si llegara a la misma posición? Si caemos en la trampa del “y yo más” no se va a solucionar nada, enquistaremos la situación y la haremos endémica, si no lo es ya. Cuando dejemos de glorificar y alabar la picaresca del día a día, los corruptos y estafadores recordarán el significado de una palabra que hace mucho tiempo olvidaron: vergüenza.

Seamos honrados, seamos justos; demos ejemplo a nuestros hijos y, aunque nosotros no lo veremos, tal vez ellos, o sus hijos, o sus nietos tengan una generación de políticos de los que puedan estar orgullosos. Una clase dirigente que deje de mirar por sus intereses y el de sus amigos y comience a trabajar por la gente de la calle y sus problemas. Unos políticos a los que, en caso de fallar, se les caiga la cara de vergüenza y sean capaces de hacer algo que hoy por hoy no hace nadie: dimitir. Que sean, en fin, ni más ni menos que unos buenos estadistas.

No hagamos esto por otra razón más que porque es lo justo, lo que hay que hacer.

Parafraseando a un conocido líder diré: “preguntad, no qué puede vuestro país hacer por vosotros; preguntad qué podéis hacer vosotros por vuestro país”. No esperemos a que nuestros gobernantes cambien, cambiemos nosotros y, desde abajo, el cambio irá extendiéndose. Ni tú ni yo lo veremos ni lo disfrutaremos, es cierto, pero recuerda que no lo hacemos por eso; no buscamos el beneficio personal, buscamos el beneficio general. Ese es, precisamente, el “quid” de la cuestión.

Podéis decir que soy un soñador pero, espero, no ser el único. Confío en que tarde o temprano llegará ese día.»

Hasta aquí fue lo que Benjamin me dijo que le interesaría publicar y que difundiese en esta web. Otras veces he escrito artículos con colaboraciones parecidas de alguno de los seguidores de esta página, pero en este caso es distinto, ya que no comparto del todo la opinión de lo que narra aquí Benjamin Bruno.

Lo primero que quiero dejar claro es que el que defrauda millones de euros y el que defrauda cientos esta de mal, ambos roban,  pero yo soy de los que piensa que si tenemos una pequeña gotera en el techo y una cañería rota brotando agua a borbotones, antes hay que tapar la cañería rota y después la gotera. Por supuesta las dos cosas deben ser arregladas, pero una tiene más importancia que otra y hace que salga más agua y que el destrozo sea mayor. Mas aun cuando las cañerías rotas son muuuuchas mas que las goteras; Las grandes fortunas acumulan el 71% de fraude.  Por el contrario a lo que Benjamin Burno indica yo creo que hay que diferenciar entre quien no cobra el iva al poner un grifo por ejemplo el típico fontanero que nos arregla cualquier desperfecto y nos cobra sin IVA, y el multimillonario que tiene cientos de millones ya en su cuenta bancaria y aun así defrauda otros cientos tantos, o se acoge al modo SICAV, o evade impuestos, o blanquea dinero, o malversa, o especula, o tiene una sociedad offshore, o tiene cuenta en suiza, o todo a la vez.

Hay autónomos, fontaneros, electricistas que hacen facturas en B o sin IVA, suele ser gente autónoma, o currantes que al fin de mes les cuesta llegar, y realmente lo hacen para poder subsistir con un mínimo de dignidad, tener una casa, pagar los libros a sus hijos para estudiar,  tener un plato en la mesa todos los días y cubrir necesidades básicas. En cambio, el empresario que defrauda no lo hace por que necesite cosas básicas para vivir, en realidad ya es multimillonario y tiene de todo, y defrauda por puro vicio, por tener más, por avaricia. Por tanto desde mi punto de vista diferencio quien hace un trapicheo para malvivir al final del mes, y quien lo hace a lo grande defraudando muchísimo más dinero y lo hace por pura avaricia.

Ambos casos deberían estar penados, perseguidos y sancionados, pero aquí reside la diferencia en mi pensamiento respecto al de Bruno; primero hay que ir a por los gordos, los que más defraudan, los que ya de por si son millonarios y que aunque pagen todo lo que roban o defrauda no iban a pasar hambre a final de mes. No es lo mismo defraudar cientos de millones de euros, que dos euros al poner un grifo nuevo en la bañera. Hay que perseguirlo y acabar con ello, pero hay que empezar por arriba, y no por abajo. El problema del fraude fiscal es que la gran mayoría de este fraude (por mayoría entendemos cuantía económica) lo producen las grandes fortunas y empresas, y son las mismas que controlan gobiernos y medios y  nos dicen “no no, si la culpa es del electricista que no cobra el iva, por eso va mal el país,esa economía sumergida es la que lo jode todo,  por que vosotros sois igual de chorizos que nosotros, veis todos somos iguales” y no, no todos somos iguales, de hecho vivimos en una sociedad sumamente desigual, y no, no me trago el cuento que nos vierten en los oídos multinacionales y gente poderosa que hace lo que quiere y roba a manos a llenas de las arcas, de nuestros impuestos y que encima se rían de nosotros y nos digan que somos iguales, que robamos igual y que la culpa de que el país vaya mal es nuestra, que saqueen el país, lo vendan a trozos y que la culpa sea del currante que para llegar a fin de mes hace un par de facturas sin iva. No lo acepto bajo ningún concepto.

Realmente lo que deberíamos preguntarnos, es como de jodida estará la cosa para que un currante tenga que hacer ese trapicheo para poder ganar algo mas y subsistir con unos mínimos, lo mal que lo debe estar pasando, y al mismo tiempo reflexionar por que alguien que ya es multimillonario sigue robando y protegido por medios y gobiernos y continúan impunes. No creo que si como dice Bruno empezásemos a cambiar y dar ejemplo desde las clases mas bajas eso sirviese para nada, al contrario se despoyarian aun mas de nosotros desde sus yates y despachos.

En cuanto a la mentalidad general sobre este tema, del “tu también lo harías si pudieses” no estoy de acuerdo tampoco. El tema es la educación, la cultura, la historia e idiosincrasia de un país, y para cambiar el modo de ver todo esto hay que empezar por cambiar nuestra chovinismo chabacano, nuestra educación, tener espíritu critico y el modo de ver la sociedad. Creo que en esto, como en muchas cosas los que tienen que dar ejemplo son los de arriba, la gente que tiene cargos importante, con poder, con influencias, que dicta leyes, que gobierna y maneja,  y también creo que gente de abajo, mucho mas humilde tiene mucha más decencia que todos ellos. Siempre habrá casos y casos,  en este mundo hay de todo, gente de arriba buena y mala, y gente de abajo igual de buena y mala. Lo único que yo no los meto en el mismo saco ya que es un agravio comparativo decir que es igual de malo el empresario que tiene millones de euros y roba, que el currela que gana ochocientos euros al mes para malvivir y hace un trapicheo, y sobre todo es injusto y grotescamente obsceno decir que son los de abajo, los oprimidos y pisoteados aquellos que tienen que empezar a dar ejemplo a los delincuentes de guante blanco que viven en mansiones y les importa una mierda todo salvo su cuenta bancaria.

 

PD. Gracias por la colaboración Benjamin Bruno!

Opiniones

El Miedo

Los que llevéis en éste negocio de trileros un tiempo, y a el resto igual, sabréis de sobra como les gusta a estas ratas trajeadas manejar las situaciones a base de generar miedo. El miedo, el terror y la duda son los mejores aliados de los jefes tiranos que desean someter a sus empleados cual negro algodonero.

El miedo que nos infunden en ocasiones nos congela, nos deja en estado de shock, nos nubla la vista, nos anula y en ocasiones hasta nos priva de voluntad propia, dejando de mirar por nuestro interés y llegando a corrompernos tanto que miremos más por el interés de la empresa o el proyecto que por el nuestro propio. Ese momento, ese preciso momento es cuando somos una marioneta acojonada a merced de nuestro líder.

Mil historias podrían salir de aquí, pero hoy nombraré solo unas cuantas;

Una de las más comunes es la de sacar al empleado del proyecto y marginarle,  cada vez que hay un problema la ratita tendrá para ti su ración de miedo para que aprietes el culo y curres más por menos. Les encanta a los trileros  vociferar al empleado para que agache la cabeza y no diga ni pío, imponerse a través de técnicas muy bien conocidas. Someter a presión al empleado hasta reducirlo a un simple zombie que sepa acatar órdenes, totalmente sumiso y sin chistar.

Ocurrió hace ya tiempo, el caso de un conocido: el chaval tenía una operación de un familiar, llamó a la persona de RRHH para preguntar (para asegurarse más bien), que cuantos días le correspondían por una operación de un familiar de 2do grado. RRHH tras una tira y afloja le respondió a regañadientes que eran dos días, pero, y atentos a la respuesta, el de RRHH le dijo que se atuviese a las “Consecuencias” si cogía los dos días de permiso que se supone la LEY concede al trabajador por operación de un familiar en segundo grado.

Parecía una advertencia de Don Vito Corleone, si haces lo que te pertenece por derecho puede que tengas consecuencia y consecuencias negativas. Es una afirmación tan esperpéntica que casi da la risa.

El chaval se medio acojonó, tenia ciertas cargas familiares y el miedo hizo su aparición. No estaba muy bien en el proyecto y sabia que las consecuencias podrían sumarse a la maraña de mierda que vertía aquel proyecto, así que al final acabó cogiendo tan solo un día de los dos que le pertenecían. El miedo gano, el miedo a las consecuencia, a las amenazas veladas, a esa pequeña extorsión burocratica; Miedo 1 – renegado 0.

Otra historia de miedo es la siguiente; un lunes cualquiera, triste y lluvioso, el empleado X tenía que acudir al reconocimiento médico. El empleado contratado por la cárnica “TiExplotoTO ITO”  trabajaba en un cliente y ya había avisado esa mañana que acudiría al reconocimiento. Fue un mal día, llovía como hacía tiempo que no llovía en Madrid, el metro se colapsado, retrasos en la línea seis y cuando llego al centro médico donde se sometería al reconocimiento todo era un caos, tras una espera interminable y pasar el reconocimiento médico en dos fases; primero el análisis y rellenar un documento, luego volver a esperar una media hora para test de audición, electrocardiograma y test visual. Una vez acabado el tedioso e infinito reconocimiento se dispuso a volver a su lugar de trabajo. El mes paso, y tras imputar las horas a la cárnica “TiExplotoTo ITO” , la gerente de RRHH le llamo para preguntarle por qué aquel lunes del reconocimiento había pasado tan pocas horas al cliente. El empleado le explico que eran las horas laborales descontando las horas del reconocimiento médico, así que la gerente de RRHH le explico que lo que tenía que hacer era muy sencillo; según la gerente licenciada de RRHH en estos casos lo normal  era recuperar las horas del reconocimiento médico. Por suerte aquel empleado no era un pardillo, y le contesto aquella gerente mentecata de RRHH que las horas de Reconocimiento médico no se recuperan por ley, que le indicasen como imputar las horas que podía cambiar el parte o lo que quisieran, pero las horas de reconocimiento médico no se recuperan bajo ningún concepto.

Tras una pequeña discusión sobre si se deben recuperar o no horas de reconocimiento (La de RRHH insistia en que por “criterios y política de empresa” las horas de reconocimientos médicos si se recuperan, lo que la RRHH parecía desconocer es que por encima de los gustos de los empresarios y empresas esta la ley y los convenios, por mucho que les joda y por mucho que intenten imponerse a ellos), así pues la conversación no se resolvió en nada.

La siguiente llamada que recibió aquel informático fue de su gerente; “oye que ya me ha comentado Cruela que no quieres recuperar ciertas horas….el problema es que esas horas de tu reconocimiento se las queremos imputar al cliente y como no estuviste nos dice que no las paga …y claro…el parte económico no cuadra …y claro…es que…ya sabes…el cliente es muy importante….el proyecto va mal….tenemos mucho retraso…y el cliente está preocupado y ya sabes….”. El empleado corto por lo sano “Ese no es mi problema, es tuyo, que para eso eres gerente, yo solo sé que por ley las horas de reconocimiento médico no se recuperan, tenemos derecho, y los reconocimientos médicos que se realicen en horario laboral no se pueden descontar ni recuperar….lo que apañes con el cliente o como quieras que impute es cosa tuya, pero yo no voy a recuperar ninguna hora de reconocimiento médico”. El trilero ante el abrumador peso de las verdad no pudo hacer nada, aquel empleado no recupero ni un minuto y el trilero se vio obligado hacer algo que pocas veces ocurría; hacer su trabajo. Resultado final; Miedo 1- 1 Empleado.

A veces si se puede ganar, sobre todo si se sabe el suelo que se pisa y se conoce algunas leyes y conceptos básicos del mundo laboral. Es lo que algunos denominamos esa pequeña facción de trabajadores que ejercen “la resistencia”, los que no tienen miedo de nada ni de nadie, sin importar las consecuencias.

Dicha resistencia no baja la cabeza para hacer horas extras gratis ni se aturde ante ningún grito, no se deja amedrentar ante reuniones Gestapo con varios jefes trajeados exigiéndoles mierdas que no tienen que hacer y responsabilidades por encima de sus salarios y puestos. Son los gladiadores del siglo XXI, sus principios están muy por encima de cualquier jefe trilero o de la misma empresa.

Pero hay pocos, muy pocos. Y son los que van enseñando el camino a los más acojonadetes, a los ignorantes que desconocen conceptos básicos de sus convenios, a los engañados que adoran al jefe que fustiga sus espaldas.

Me suelo cruzar con gente que sí, que te dice, es verdad tendríamos que salir todos a nuestra hora, no aceptar abusos, si todos cambiásemos etc… Pero a la hora de la verdad la totalidad de los explotados agachan la cabeza, aprietan los dientes y tragan,  aceptan todos los latigazos que quieran darle y piden más.

Hace unas semanas, en un capitulo del Ministerio del Tiempo, un personaje de EEUU dijo: «Los españoles habláis mucho y hacéis muy poco». Cuánta razón!!!.

Simplemente el mensaje de hoy es; no tengáis miedo, no hay nada que perder salvo las cadenas; Nos os dejéis pisar.

PD: Gracias a EnderXenocida por el aporte y colaboración a la hora de escribir este post.

El Miedo

Trilero en acción

Antes de comenzar con este relato quiero aclarar que esta historia es real, punto por punto. Hace unas semanas un antiguo compañero me conto su caso, y me conto con todo lujo de detalles la dura conversación con su jefe, y la cual me ayudo a relatar en este articulo para plasmarla lo más fielmente posible. Me pedía por favor que lo publicase en esta web ya que consideraba que lo que le había pasado era digno de contar. Así que tras una pequeña introducción a modo de relato, os dejare parte de la conversación con su trilero, que ya os adelanto no tiene desperdicio. Por último animaros a todos aquellos que os haya pasado algo similar a contar vuestra historia, o en su defecto compartirla con interestrellado, y nosotros la contaremos.


 

La semana había sido jodida, y no solo por el trabajo, sino por el trancazo que había cogido justo cuando más necesitaba dar todo de mí. A pesar de no ser culpa mía, yo mismo me hacía responsable hasta de aquello, me decía a mí mismo “tienes que rendir más”, todo por la presión del proyecto. Yo había entrado en esa empresa hacia un mes, realmente aun no llevaba casi tiempo, pero daba igual, el jefe manager trilero no le importaba mucho. Desconocía conceptos tales como “curva de aprendizaje” o “periodo de adaptación”, ya desde el primer día sentía su aliento en mi nuca. El proyecto iba mal (como para no ir, se necesitaban al menos diez personas y por aquel entonces apenas éramos cuatro o cinco), la cosa es que desde el primer día ya se me exigían resultados. Debía conocer la aplicación, todas las tablas, el modelo relacional, la arquitectura Java y cada uno de los elementos y líneas de código que componían dicha aplicación.

Aquella era la situación, un proyecto peste deluxe, con un trilero sin paciencia ni escrúpulos (ni tan siquiera sentido común) y una enorme presión desde el primer día. Desde un principio me fije que la actitud de mi trilero era siempre distante, prepotente y arrogante. Se sentaba conmigo y mientras yo le explicaba las labores que había desarrollado o dudas, el no hacía más que suspirar, mirar a su móvil  o juguetear con su bolígrafo, pasando absolutamente de lo que contase, es mas no dudaba en interrumpirme y tomar el control del ordenador para contarme sus cábalas, todo esto entre resoplidos y gestos, gestos con un eco distante que parecían decirme “joder que inútil eres coño.

Aquel día estaba jodido como contaba al principio. Tenía un trancazo de la ostia, y me dolía la cabeza como si me la hubiese martillado Thor. Ya había calado a mi trilero, y ya había tenido algún pequeño feo detalle conmigo, así que ya iba con pies de plomo hablar con él.

Me acerque a última hora de la tarde, ese día debía salir un poco antes ya que tenia consulta con el médico a ver si me mandaba algo para el trancazo. Sobre las cuatro de la tarde me acerque a su puesto de trabajo; “podemos ver la creación de los Tablespaces y el particionamiento, es que hoy tengo que irme un poco antes, como te dije tengo cita en el médico, si quieres lo miramos antes de que me marche”. El trilero hizo como si no me escuchase, en su cara se podía ver muy desdibujado un atisbo de desprecio. “Ahora no” Soltó tras unos segundos, masticando cada silaba como si le doliese la mandíbula. “Vale, entonces te lo mando al mail para que lo vayas viendo y ya me dices algo que yo luego lo miro” Sabia que aquello teníamos que tenerlo listo ese mismo día, así que pensé que era buena idea mandárselo al mail y ya por la noche aunque fuese desde casa ver si hacía falta realizar alguna corrección. El trilero pareció irritarse y estallarTe he dicho que ahora no coño, que no y punto, que parte no entiendes joder”.

Sus palabras (gritadas) fueron duras, pero la vergüenza que sentí al ver que me gritase de esa manera delante de todos mis compañeros fue aun más dura. Yo solo quería colaborar, ayudar, intentar dar el máximo a pesar de llevar apenas un mes en aquella empresa de mierda. Me sentí humillado, ninguneado y avergonzado. Agache la cabeza (la cual estaba a punto de estallarme y las sienes palpitaban como queriendo salir disparadas) y salí de la oficina, corrí a la consulta del médico cabizbajo, deprimido y preguntándome qué coño había hecho mal.

Tras consultarlo con la almohada al día siguiente lo vi claro; yo no había hecho nada mal. Es más llegue a la determinación que hablaría con mi trilero, le iba a decir que esa no era forma de tratar a nadie y que me había ofendido. Le iba a pedir que por favor no se volviese a repetir. Sabía que mi trilero era un gilipoyas y que se disculparía seguramente, pero aquello le iba a joder, que un “inútil” como yo le pidiese respeto, ya sabía cómo era, la prepotencia eterna de su ser y de cómo iba a reaccionar, es más sabia que me podía costar el puesto de trabajo, pero no estaba dispuesto a que me faltase nadie al respeto.

** Lo que viene a continuación es la conversación tal cual, punto por punto**

A la mañana siguiente;

  • Empleado “Podemos hablar”
  • Trilero “Tengo lio, ¿será poco?”
  • Empleado “cinco minutos”

Entran a un despacho vacio y comienza la conversación.

  • Empleado “Veras lo que sucedió ayer…me siento muy incomodo, sobre todo por el trato que me estás dando…creo…eh…que es un falta de respeto…y más con la vergüenza que me hiciste sentir ayer. Me fui avergonzado. Te dije que me tenía que ir al médico, estaba con fiebre y ya llegaba tarde al médico. Te dio igual y…no … no me gusto nada el trato, y te pediría por favor que no se repita mas ese trato…soy consciente de la tensión que hay en el proyecto y …”
  • Trilero “Hay muuuuuuchiiisiiiima tensión en el proyecto, no te lo puedes ni imaginar, eh! Muchisiiiiima”
  • Empleado “vale, pero una cosa no quita la otra. Yo te he hablado siempre con educación y nunca como me has hablado tu a mi”
  • Trilero “siempre vienes hablar conmigo en el momento que estoy más ocupado, estoy hasta aquí, y la reacción que me sale es inmediata; ahora no puedo”
  • Empleado “vale pero…”
  • Trilero “hay situaciones en las que no puedo, desbordado completamente, que se me fue de las manos….puede ser”
  • Empleado “repito, una cosa no quita la otra, nosotros estamos para ayudarte, pero que…”
  • Trilero “Es que encima no me estas ayudando tioooo!”
  • Empleado “Como que no te estoy ayudando, ¿lo que te hice ayer no te valió? …está claro que la situación nos desborda a todos, pero estamos aquí para…”
  • Trilero “mira yo estoy doce, trece, catorce horas diarias, voy a casa sigo trabajando, no duermo, estoy hasta aquí, ¿Qué quieres?, ¿Qué quieres?”
  • Empleado “yo ayer con fiebre y a las doce y media de la noche te estaba redactando el documento por la noche, podría haber ido al médico y podía haber pedido la baja, pero no, yo quiero colaborar y ayudar y…”
  • Trilero “colaborar…Ostias! Al día de hoy no estás llegando nivel”
  • Empleado “pues para eso estamos, para corregir las cosas, no para que vengas y me pongas en ridículo delante de los compañeros…”
  • Trilero “ Llevas mucho tiempo con lo que te mande”
  • Empleado “Estoy trabajando en el Tablespace y el Data porque es muy importante, define toda la estructura que vamos a seguir, y es importante definir el modelo”
  • Trilero “eso es una chuminada, una chuminada, además ya lo tienes hecho”
  • Empleado “no está completa, debería tener en cuenta toda la aplicación”
  • Trilero “es una base de datos”
  • Empleado “una base de datos que tiene referencias a otras tablas y con un data de varias, que hay que analizar y en fin…que no vamos a entrar en esto ahora, quiero hablar del trato que estamos teniendo. Yo no te he faltado al respeto y no soy adivino para saber cuándo puedo o no ir hablar contigo”
  • Trilero “Joder machooo”
  • Empleado “por eso voy y te pregunto con educación”
  • Trilero “mira ahora mismo acabo de salir de una reunión a ver si nos echan o no, a ver si mantenemos el contrato o no, y que te piensas….mira…que no llegas chaval, no llegas, lo siento, siempre vienes en el peor momento, siempre”
  • Empleado “entonces que hago, te llamo, te levanto la mano…como hablo contigo”

El trilero tarda unos segundos en responder

  • Trilero “intenta preguntarme en un momento que no esté hasta aquí”
  • Empleado “El otro día a Miguel, me puedes ayudar, y me contesto, dame diez minutos y ahora voy…listo….ole, perfecto”
  • Trilero “vamos a ver cuántas veces te he contestado mal; hoy”
  • Empleado “ y ayer”
  • Trilero “y ayer”
  • Empleado “y para mi es más que suficiente”
  • Trilero “¿mas que suficiente?”
  • Empleado “mas que suficiente…para mi tendría que ser cero. No te tengo que decir cómo trabajar, pero un jefe tiene que dar ejemplo y tratar a sus trabajadores como personas
  • Trilero; “¿Cuándo te he tratado mal?”
  • Empleado “ayer me fui indignado y avergonzado, una sensación de impotencia de no saber qué hecho mal, y en el mes que llevo aquí…”
  • Trilero “en ese mes no he obtenido ningún resultado”
  • Empleado “bueno, pues hablamos con Miguel y vemos las compilaciones y los Script, y todo el trabajo que hemos hecho y todo lo que hemos desarrollado”
  • Trilero “ Cuantos Scripts y compilaciones has hecho”
  • Empleado “ Más de cincuenta, con verificaciones contra varias bases de datos”
  • Trilero “En fin, veo que esto no lo tienes claro, no entiendes la dificultad, no sabes en lo que nos estamos moviendo”
  • Empleado “conflicto de ideas, falta de entendimiento, vamos a trabajar en ello, pero…”
  • Trilero “llevas un mes y no tenemos nada”
  • Empleado” ¿Cómo que no tenemos nada? Eso es tu punto de vista”
  • Trilero “no sabes dónde te mueves, no tienes ni idea”
  • Empleado “yo no tengo ese punto de vista, podemos ver lo que he ido avanzando con Miguel y veras que si hemos avanzado, y vienes tu y me dices que no he hecho nada, que no vale nada, que no tienes ni idea y eso me molesta, y me molesto que lo dijeses delante de mis compañeros también el otro día y te pido por favor que no vuelva a pasar”
  • Trilero “es que es así, no tienes ni idea y no sabes dónde te mueves”
  • Empleado “te acabo de decir que por favor no me digas eso, ni las faltas de respeto delante de mis compañeros, que otros compañeros míos incluso también sintieron vergüenza por el trato”
  • Trilero “mira chico…yo lo siento mucho….pero cuando no se llega no se llega”
  • Empleado “no se llega no se llega, pues llegas a una sala y me lo comentas en privado, con eso es suficiente, Salí por la puerta indignado”
  • Trilero “pues lo siento mucho pero no…no…”
  • Empleado “Si es tan fácil como si no puedes me dice ahora no puedo lo vemos luego y no tienes que…”
  • Trilero “bueno pues si ahora resulta que mandas tu…”
  • Empleado”que no, que no!! que no mando!! que es preguntar y educación, y ayer me tenía que ir al médico, tenia cosas que hacer”
  • Trilero “a lo mejor yo también tenía cosas que hacer estos dos últimos meses y me estoy jodiendo todos los putos días…vale?, vale?, yo necesito que cuando necesite a la gente, la gente este”
  • Empleado “está claro si cada persona tiene su rol, pero yo pido respeto, respeto como persona”
  • Trilero “pues lo siento mucho si te falte al respeto chico”
  • Empleado “que no llego, pues me lo dices, que no me quieres en el proyecto, yo no decido, pero esas situaciones de falta de respeto no las aguanto”
  • Trilero”Mira estoy en una situación extrema, acabo de salir de hablar con la jefa, y le he pegado cuatro gritos que me ha tenido que llamar la atención, y estoy que mira…mira…” (Parece realmente nervioso, un poco fuera de sí)
  • Empleado “si yo te entiendo y estamos aquí para ayudarte, en lo que quieras, pero las faltas de respeto no ayudan, no ayudan para nada. Nunca me han faltado así al respeto, pero acepto tus disculpas”
  • Trilero “me reitero, tenemos mucha tensión y la situación….”
  • Empleado “Nunca me había pasado nada así, nunca había tenido un problema así”
  • Trilero “Espero que sea el ultimo”
  • Empleado “yo por mi parte no he colaborado a que sea así”
  • Trilero “Mira te digo…el nivel de crispación que llevo encima es muy alto, muy alto”
  • Empleado “peroooo…por que lo descargas en los trabajadores tuyos”
  • Trilero “lo descargo en…vamos a ver…el único que me ha dicho algo eres tú, el resto no tengo absolutamente ningún problema, la gente me responde más o menos todo el mundo y tu no…que esperas”
  • Empleado “no se ya te he dado explicaciones”
  • Trilero “tus justificaciones no me valen…joder, caguentodo…” Suspira “vale mira, me tengo que marchar, que lo siento mucho, que se haya llegado ahí, pero me tengo que marchar…”

Bueno, pues hasta aquí. Podéis sacar vuestras propias conclusiones. Un jefe que trata así a sus empleados, que tiene que pedir disculpas a regañadientes, que en vez de aceptar su error intenta enfocar la conversación en los errores o posibles errores de sus empleados, que intenta justificar sus faltas de educación por la presión,  que mastica a desgana cada “lo siento” y que apesta a arrogancia y prepotencia en cada frase. Y diréis; “vaya será un caso aislado”, y no amigos, esto es prácticamente el día a día de la mayoría de trileros, conversaciones como esta, con tipejos como este se suceden a diario, hoy habrá cientos como esta. Esto es una triste realidad que se sucede día a día, en cada oficina, en cada proyecto, gente sin educación, sin escrúpulos, y tan siquiera sin el suficiente sentido común como para reconocer un error disculparse e intentar que no vuelva a suceder. Gente que no sabe separar el trabajo de lo personal, el Empleado tardo un par de semanas en ser movido forzosamente a otro proyecto, el Trilero no podía soportar a nadie que le respondiese, que encima le diese lecciones de educación, que le pidiese dignidad y que no le responda, eso no lo puede soportar un Trilero, el es un hombre de empresa, viste con traje y lleva maletín y corbata, no puede tolerar que un empleado se queje, eso jamás lo permitirá un buen trilero, jamás!

Trilero en acción

El Taxi

La reunión con aquel cliente (que estaba en el quinto pino) acabo antes de lo que esperaba, y salí de allí disparado a mi casa. El jefe parecía incomodo, estaba intentando darme esquinazo “yo no voy en taxi, iré dando un paseo a casa no vivo muy lejos” (una lluviosa tarde de Noviembre), estaba claro que lo que no quería es que fuese yo también en un taxi y tener que pasar la factura a la empresa. Pero yo no estaba dispuesto ni a mojarme, ni a pagar de mi bolsillo un taxi, así que gire la esquina y tome un taxi con la intención de pasarle al día siguiente la factura a la empresa. La reunión había sido densa y cansada, donde los jefes habían hablado mas de problemas personales que de otra cosa (todo muy profesional),  y en la recta final de la reunión una sucesión de lametazos de culo entre ellos. Aunque la reunión no sirvió para mucho todos los trileros parecían satisfechos.

Yo una vez más me encontraba en medio de una reunión que comenzaba a parecer una orgia de halagos e historias personales al más puro estilo “cuñadísimo en navidad”. La cosa es que Salí de allí disparado a casa, y tome un taxi, el primero que vi.

El taxista parecía majo, dispuesto a dar charleta, y fue entonces cuando hablando de donde salía y a donde iba,  y una cosa llevo a otra, hasta que me dijo “yo antes era informático también”. A raíz de aquel comentario comenzamos a intercambiar opiniones. Resulta que mi amigo el taxista había sido informático, es más, había sido Trilero, Gerente y Director de una empresa. Según me contaba llego ahorrar bastante dinero en sus primeros años, y junto a un par de socios y contactos monto una Carnica de lo más cutre, y aun así no le fue mal.

Con los años me conto que se fue asqueando del sector de la informática, del mundo de las subcontratas, en definitiva no le gustaba lo que veía, ni como se explotaba a jóvenes. Me dijo que discutía con sus socios bastante, el no veía la empresa como una simple fabrica de dinero a toda costa, donde solo se aplica la ley del “todo vale”. Me contaba asqueado como contrataban recién licenciados como becarios y los exprimían al máximo, pagándoles una miseria hasta que al final se iba hastiados de su  situación laboral. Aquel taxista tras varios años de ver como aquel sector no lo convencía, cogió su dinero y su parte de la empresa, y se despidió.  Lo dejo todo. Se desvinculo de aquel mundo.  Estaba harto de ser un trilero, de engañar a jóvenes, de tener que hacer falsas promesas que sabía que nunca cumpliría (palabras textuales). Con lo que saco de su parte de la empresa tenía suficiente para empezar cualquier nuevo negocio, y así es como llego a ser taxista. Se compro su licencia de taxi y decidió ser el mismo su propio jefe, era él y su taxi, y nada más.

Yo le preguntaba si aquel trabajo compensaba, si era rentable, y si era mejor que la informática, o consultoría informática. Sonreía ciegamente, girando la cabeza casi imperceptiblemente. Por supuesto que era mejor, cualquier cosa era mejor. Claro que el taxi exigía sus horas, era un trabajo sacrificado como cualquier otro, pero él estaba mucho más contento, hacia su jornada, ganaba su dinero y no tenía que estar vendiendo humo ni haciendo trapicheros. No hacía daño a nadie, llevaba a gente de un lugar a otro y les cobraba la tarifa que marcase el taxímetro, ni más ni menos.  En su familia le tacharon de loco idealista, de insensato, tenía dos hijas, debía mirar por ellas, aquello del taxi era muy arriesgado le decían. Aun así, el negocio del taxi no le iba mal, ganaba dinero y lo que era más importante, era considerablemente más feliz y estaba más a gusto consigo mismo.

El taxista andaba también preocupado, una de sus hijas quería estudiar informática, intentaba convencerla de que desistiese, de los engaños que se iba a encontrar, la falsa y doble moral, los sueldos y contratos basura, todos los personajes variopintos con los que se iba a tener que enfrentar. Realmente parecía preocupado, y desde luego sabia de lo que hablaba. Aquel hombre suspiraba y relataba; “sé lo que le va a pasar si al final estudia informática, llegara cualquier cárnica y la contrará por dos duros… ¡O peor! la ofrecerá un contrato en prácticas donde tendrá que trabajar gratis, y luego la explotaran a horas extra no remuneradas, volverá a las tantas, estresada, sin amino,agotada, sin moral,  sin subidas de sueldo y sin tan siquiera un gracias…¿me entiendes verdad, sabes de lo que hablo? –Yo asentía -…que quieres que te diga, cuando tienes tú la empresa no te das cuenta, pero cuando ves que eso se lo pueden hacer a tus hijos…pues no te gusta, y lo ves de otra manera, por eso cada día estoy más contento con mi Taxi

Aquello me dio que pensar, seguramente ese señor había engatusado algún trabajador para currar más horas, promesas de subidas, de mejora, o simplemente había tenia a un becario varios meses currando gratis. Ciertamente no se le veía orgulloso de aquello (como por el contrario si  suele pasar al empresaurio hispano)

Cuando le dije que ya podía parar, me hizo la factura, mañana se la pasaría a la empresa, y le marque como propina un euro, por aquella agradable charla. Al despedirnos me deseo suerte y yo me quede allí parado viendo como aquel taxista reconvertido se perdía para siempre entre el bullicioso trafico de la urbe.

El Taxi

EL CURIOSO CASO DE BENJAMIN BRUNO

Hoy os voy a contar el curioso caso de un ex compañero con el que coincidí ya hace unos años y con el que aún mantengo contacto. Bruno entró en la empresa en la que yo andaba por aquel entonces, y fue a parar a un proyecto peste, el mismo en el que estaba yo.

A las pocas semanas de estar trabajando juntos él ya detectó que aquel era un proyecto peste. Reuniones Gestapos, cinco trileros por cada programador y la etiqueta de proyecto estrella en todo lo relacionado con el proyecto. Al principio intentó no darle importancia, al fin y al cabo él hacia sus horas, trabajaba a tope y  mantenía su trabajo, lo hacía lo mejor que podía, y he de decir que lo hacía bien.

Durante unos meses el proyecto peste estaba aún en su primera fase y aún no arrojaba cantidades de excrementos excesivas a los nuestros rostros. A la llegada de la  primavera todo se empezó a torcer.

Las reuniones Gestapo se recrudecieron, y las medidas para que aquel proyecto de mierda funcionase se fueron recrudeciendo. El primer golpe fue comunicarnos verbalmente en una reunión gestapo que los dos meses de jornada de verano se esfumaban. Tanto Bruno, otros compañeros y yo mismo automáticamente exigimos que aquella decisión no fuese sólo verbal, sino por escrito, indicando la compensación, ya que las horas que no trabajamos en verano eran horas que acumulabamos durante el año (realmente al quitarnos la jornada lo que pedían era trabajar horas extra gratis en verano). La respuesta de los trileros fue que no iban a dar nada por escrito, y que no se podía hacer jornada de verano; “es lo que hay”. La cosa fue a peor, poco después nos comunicaron que las vacaciones de verano no podían exceder más diez días y a ser posible no cogerlas en ciertos tramos de Agosto.

Todo esto mientras las presiones, reuniones, llamadas, prisas,  agobios, cambios funcionales y carga de trabajo iba aumentando cómo la espuma, día a día, más y más. El horario oficial de la empresa era de ocho a cinco y media, y de pronto en medio de todo este infierno, las reuniones oficiales las ponían de seis a ocho de la noche o incluso más tarde. Muchos compañeros tragaban con todo esto, y su horario realmente se alargaba hasta las nueve de la noche o las diez. Sí a las cinco y media te levantabas para irte,  al día siguiente tenías una charla sobre tu falta de compromiso y esfuerzo. Nunca olvidaré las palabras que nos dijo en aquella primavera el director general de la empresa: “Si si, si yo os entiendo, entiendo que ahora las tardes son más largas y claro a las cinco y media esta de puta madre salir y tumbarse al sol o pasear, pero aquí venimos a trabajar y esto es un negocio, aquí se viene hacer dinero”. Aquel maldito bastardo se olvidaba de que a las cinco y media mi acuerdo firmado con el terminaba, aún así presionaba constantemente para que nos quedasemos y trabajasemos gratis para él, para su negocio y para su beneficio particular.

Bruno fue víctima de un curioso caso. Un día le pidieron desplazarse a cliente, y su pregunta fue “¿El taxi lo paga la empresa?”, la respuesta del trilero fue “No, el taxi lo pagas tu si quieres, y vete ya que tienes que llegar allí pronto”. Bruno no cogió un taxi, cogió el transporte público, y cuando llego bastante tarde debido al transporte público y su mala combinación recibió reprimendas. Fue a partir de ahí cuando comenzó su peculiar calvario; Reuniones gestapo Deluxe.

Reuniones con varios jefes y altos directivos de la empresa, amenazando e intimidando, exigiendo que se quedase horas extra gratis durante las tardes, incluyendo a veces findes de semana o instalaciones hasta la una o las dos de la madrugada algún domingo. Pero Bruno cansado de todo y ya acostumbrado a estas reuniones decidió acabar por fin con todo, y un día preparo la grabadora de voz de su móvil y grabó una reunión gestapo, llena de amenazas y atentados contra su dignidad personal. Poco menos quedaba reflejado cómo le exigían cual esclavo que tenía que trabajar horas y horas sin ningún tipo de remuneración.

Cuando los trileros y la empresa vio que no podían doblegar la voluntad férrea de Bruno, y que este no hacía ni una hora extra gratis, entonces decidieron despedirlo. Un despido por no querer trabajar gratis y tragar mierda más allá de lo que le correspondía. Un despido ilegal.

Bruno entonces movió ficha. Denunció a la empresa, tenía una bonita grabación, testigos y la verdad de su lado. La empresa se revolvió, y acabaron llegando casi a juicio. Días antes del juicio la empresa reconoció su malas prácticas y sabiendo que iba a perder llegó a un acuerdo económico con Bruno .

De toda esta historia Bruno sacó su indemnización y su dignidad, y demostró que dentro de este mundo de la informática no hay que tener miedo, hay que luchar, y sobre todo si tienes razón. A veces se produce este curioso caso en el que un trabajador ninguneado por la empresa le da una buena y merecida patada en el culo a  la empresa, yo lo denomine el curioso caso de Benjamin Bruno, y espero sinceramente que no sea el último.

 

EL CURIOSO CASO DE BENJAMIN BRUNO