Control de estupidez

Hoy en una conversación con un compañero de trabajo he recordado algo que siempre he pensado y comentado. A nosotros como ciudadanos se nos pide un montón de exigencias, controles, tasas y pasar muchas pruebas para un gran número de tramites diferentes. Alguien que quiere ser policía se le pide un innumerables pruebas físicas, test mentales, de estudios…etc, lo mismo viene  a suceder con gente tan importante como los Bomberos por ejemplo. Son solo dos ejemplos.

Si toda esa gente pasa esos controles, y  todos en general los pasamos para verificar que somos validos y aptos…¿Por qué esos controles no se producen en el ámbito de la política también?. Es decir cualquier cargo político de este país, desde los personajes variopintos que se sientan en el congreso de los diputados (presidentes incluidos) hasta el cargo más básico político que exista en nuestro país.

No sería nada descabellado pensar en hacer un par de test a toda esta gente, gente que tiene tanto poder y que supuestamente son los mejores capacitados y cualificados para dirigir el rumbo de un país entero.

No hablamos de grandes pruebas físicas, ni retos atléticos, simplemente yo propondría dos simples test: uno de inteligencia y otro de personalidad.

El test de inteligencia seguro que descartaría a mas unoa unos cuantos diría yo. La media española de un test de inteligencia ronda los 90-110 puntos, pues bien, yo creo que una persona con un cargo político debería ser mucho mejor que la media, y superar a esta media. No digo que sea superdotado, pero si rebasar unos 120 puntos de este test como mínimo.

El otro test que nos plantearíamos hacer sería el de personalidad. Podríamos descartar en este caso no solo a idiotas rematados o imbéciles de cuna, sino a gente ególatra, narcisista, sociópatas, psicópatas, egocéntricos, megalómanos, obsesivos, soberbios, ataques de ira y un sinfín de trastornos psicológicos que podemos ver en nuestros políticos de hoy en día. No creo que fuese disparato tampoco evitar que alguien que no está en condiciones se dedique a gobernar y legislar para toda una población.

Al igual que en las carreteras y calles se producen controles de alcoholemia y/o drogas, yo abogo por llevar a cabo controles de estupidez entre nuestros mandatarios. Y no es un insulto a nadie, ni un desprecio. Es simplemente velar por nuestro interés. La gente que debería llevar el país de la mejor forma debería ser gente formada, integra, mentalmente estable y con capacidades suficientes. No los hijos de, los nietos de, o amiguetes que son ingenieros en caminos y acaban de ministros de sanidad, que ya me dirás tu que tiene ver lo uno con lo otro.

Alguien que tiene el poder de legislar, tomar decisiones que afecten a todos no debería ser alguien  voluble o con problemas psicológicos, o alguien falto de inteligencia. Sin embargo nunca nadie se planteo algo similar, un control para todos aquellos que gobiernan el país. El típico cuñao en la barra de bar de bar te dirá «el control lo hacen cada cuatro años» o «vete a cuba«, lo cual deja claro por que es un cuñado.

Para cualquier profesión que requiera cierta responsabilidad se solicitan un montón de certificados de todo tipo, no veo por que no debería hacerse lo mismo con los cargos más influyentes de un país. De echo creo que sera lo mas necesario a día de hoy, en un mundo cada vez mas exigente y especializado en casi todo.

Lo que sospecho, es que esto no se implanta por el mismo motivo que no se implantan controles fijos de drogas a las salidas de algunos edificios y discotecas. No se daría abasto para tantos positivos por idiotez.

Control de estupidez

Delirios

¿Os imagináis una huelga en el sector TIC?, ¿Os imagináis movilizaciones del sector informático entero en busca de mejores condiciones? ¿A que suena a coña? Pues en otros gremios como taxistas, conductores de Metro, Barrenderos sí que las hay, si que se organizan y piden mejores condiciones laborales.

Me gustaría analizar por que eso no sucede en el mundo de la informática. Incluso siendo uno de los sectores mas ninguneados y que mas horas extra no remuneradas trabaja, jamás he visto cualquier mínima movilización pidiendo mejoras laborales. Si que he visto manifestaciones a la hora de algún recorte, de quitar tickets comida, retener pagas extra, que no les bajen el sueldo, en contra de despidos masivos y/o ilegales…etc, pero todo esto son movilizaciones en pos de no perder algo que ya se tiene, nunca he visto movilizaciones en pos de ganar algo más, de conseguir algo mejor, de avanzar.

La informática, los programadores, desarrolladores, técnicos, hemos pasado de ser una profesión respetada, de cierto renombre en los años ochenta (incluso noventa) a ser peor considerados que una mierda. Gran parte de esta devaluación viene gracias a las empresas cárnicas y subcontratas, que han colaborado a crear un trabajo más precario y menos valorado, un empleo temporal siempre, y supeditado a los caprichos del cliente, del mercado o de las varias empresas colaboradoras que se reparten el pastel. Es decir, un desastre donde los informáticos somos los últimos de la cola, los que menos ganamos de todo esto, y a los que siempre les toca poner el culo.

¿Por qué esta degeneración progresiva se ha producido durante décadas sin un atisbo de protesta? Creo que gran parte de la culpa la tiene también que hemos pedido nuestra conciencia colectiva de gremio de trabajadores y a su vez de clase trabajadora. Nos hemos creído que por ir con traje, trabajar con modernos ordenadores y pasar nuestras jornadas en flamantes edificios acristalados, ya no éramos esos “obreros currantes” que se manifiestan y se quejan, y creo que el pensar esto es un error, fue un error. Pensar el “no somos como esos barrenderos, o esos mineros, o esos taxistas que se manifiestan y hacen huelga pidiendo más y mejores condiciones, menudos pesados”, eso nos ha condenado en cierto aspecto, olvidar lo que somos y conformamos con degustar nuestro ego en oficinas de alto standing. Nosotros, nuestro gremio hemos pasado décadas encerrados en nuestra burbuja de fastuosidad, nos hemos creído mejor que esos que son muy parecidos a nosotros, ya que al final todos dependemos de lo mismo; tener nomina a final de mes.

Somos trabajadores contratados por un empresario, pagados a cuenta ajena y que dependemos de nuestro salario para subsistir, igual que un barrendero o un conductor de metro. Sin embargo, nuestro salario ha ido disminuyendo, las horas extra no remuneradas se han mundanizado y convertido en algo “normal” dentro del sector. La temporalidad y el sentirte un trozo de carne navegando entre clientes y proyectos se ha asentado en nuestro entorno laboral, tanto como la pasividad y pereza a la hora de levantar la voz.

Todo esto lo hemos interiorizado, admitido y acoplado como algo normal. “Es lo que hay, la vida es así”. La desidia ante todo esto nos ha ido condenando cada vez a convertirnos en números y cifras dentro de grandes corporaciones. Imaginaos una huelga para pedir que se paguen las horas extra, otra para exigir que no se sobrepase el límite de estas, incluso otra huelga para recordar que si nuestro contrato es de lunes a viernes ir a trabajar un sábado o domingo es ilegal. Imaginad también una huelga para pedir que nuestro salario se fije en función a un porcentaje del contrato que nuestra empresa firma con el cliente, y que eso fuese trasparente para todas las partes intervinientes, no como ahora, que un cliente paga a la empresa 80mil euros y a ti te da 20mil y te pide que encima le des las gracias, se podía hacer un medio de control, un mínimo porcentaje de esos 80mil euros por ley debería estar regulado para que fuese destinado aquel que hace el trabajo en sí, es decir tu y yo, los informáticos.

Imaginad una protesta para exigir que se reduzca la temporalidad, los contratos basuras, las subcontratas enlazadas unas con otras, un huelga para exigir horarios razonables, una protesta para garantizar subidas de salario mínimas por ley y no cuando al trilero de turno le salga de las pelotas. Una protesta para controlar el descontrol de clientes y movilidad; “hoy vete a plaza de España, mañana a Pozuelo de Alarcón y al día siguiente remata el trabajo que quedo pendiente en Tres Cantos”. Imaginad una manifestación para exigir que solo se pueda trabajar en un proyecto a la vez y no en cinco.

Es algo que nos afecta a todos, que será en beneficio de todos y que todos pasamos absolutamente. Son protestas transversales para todos los informáticos del sector y que a pesar de ser miles de miles en España ninguno o muy pocos estaría dispuesto a levantar la vista del teclado.

El miedo nos ha ganado, el espejismo de creerse aquello que no somos también, las falsas apariencias, la desidia, el conformismo. Nos hemos dejado ganar y pisar por una mísera nomina al mes, nos hemos dejado linchar a horas extra y nos hemos dejado ajusticiar nuestra dignidad con tal de tener un trabajo mal pagado.

Yo si lo imagino, imagino a un sector que despierta, que no se doblega, que exige aquello que debería ser, un sector que lucha por recuperar parte de lo que fue, que lucha por obtener mejoras laborales. Yo si lo imagino, aunque sea una fantasía casi inalcanzable.

Delirios

Ratas Trajeadas: Sueño y Frío

Nueva entrega de la saga Ratas Trajeadas, esta vez también intentaré ser breve. Allá vamos.

Se levanta con sueño y frío, un día más, una semana más, un mes dentro de un año más. El cansancio se agolpa de pronto con el pitido del despertador. Necesita dormir más, su cuerpo se lo pide, su cerebro se lo grita. Cuando sale de la cama un escalofrío le recorre el cuerpo.

A pesar de ser un buen trabajador, una persona honrada que jamás hizo daño a nadie, que pagó todos sus impuestos, todas sus obligaciones y trabajó a destajo desde los quince años, no puede permitirse dejar la calefacción toda la noche, tampoco puede permitirse ir en coche a trabajar, así que madruga algo más para ir en transporte público al trabajo.

Para sus adentros piensa apenado: “Toda una vida dedicada a trabajar, a subir andamios, pasar calor en verano y frío en invierno para no tener nada”. Una vida rogando por tener nómina a final de mes y que las cosas no se tuerzan mucho. Pagando hasta el último céntimo de todo aquello que el estado le exige. Él no lo sabe, tampoco piensa mucho en ello, pero todo ese dinero que durante años ha pagado al estado, éste lo ha malgastado, malversado y robado descaradamente a través de aquellas personas que fueron elegidas para gestionarlo.

A pesar de todo, mientras desayuna sonríe, viendo a sus hijos prepararse para la escuela. Se despide de ellos con dos besos y envidia su alegría al afrontar un nuevo día. Antes de salir de casa su mujer le recuerda que tiene que pagar el seguro de la casa, el IBI, pagar la declaración de la renta, la factura de la luz (que ha vuelto a subir), y sacar tiempo para ir al banco a pagar el impuesto de circulación también. Pagar y tener todo en orden. La alegría de ver a sus hijos partir a la escuela pronto se oscurece. Al lado del café tiene la nómina recién enviada. La mira preocupado, cientos de euros son retenidos también en impuestos. Piensa que así no va a poder llegar a fin de mes.

Pero no pasa nada, lleva toda la vida cumpliendo con sus obligaciones y no va a cambiar ahora. Se despide de su mujer con un beso y un fugaz abrazo. Muerto de sueño y frío se va a la obra, le espera un agotador día de trabajo.

Él tampoco lo sabe, pero mientras sube al andamio la gente que debería administrar todos sus impuestos para garantizarle servicios básicos y una vida en sociedad de calidad, malgastan el dinero recaudado. Coches de lujo, putas, empresas de amigos, malversación, prevaricación, cohecho, corrupción, evasión, fraude fiscalel dinero es robado por cientos de métodos.

En lo alto del andamio el frío es aún mayor, y el día está lluvioso y nublado. Era el día marcado, un día fatídico. De pronto, sin saber cómo…un mal movimiento y un resbalón, lo último que pudo pensar fue “Dios, cuida de mis hijos”. Fue su último pensamiento.

Nadie guardará nunca un minuto de silencio por él. Nadie se preguntará quién era. No será recordado. No será homenajeado. Nunca se le agradecerá su aportación al estado, a la sociedad. Nunca se le agradecerá su honradez y el cumplimiento de sus obligaciones. Nunca nadie dirá lo buena persona que fue y todo lo que sí hizo por los suyos. Jamás nadie dirá de él que era un gran hombre, jamás nadie le pondrá de ejemplo de nada. Sera uno más perdido en el olvido.


Se levanta en su cómoda cama de agua. Pide el desayuno al servicio mientras le traen el traje recién planchado. Se levanta agradeciendo lo buena que es la vida y el gran país en el que vive, donde un hombre hecho de la nada, un emprendedor como él puede triunfar si trabaja duro (también agradece a su padre haberle dejado en herencia su empresa). Hoy tiene una importante reunión, así que desayuna tranquilamente, se viste y mientras se repeina y coloca los papeles en su maletín, se enfunda su Rolex de varios miles de euros (regalo por el éxito de aquella operación inmobiliaria amparada por su amiguete del Ayuntamiento).

Su chófer le espera en el Audi a la entrada y mientras entra al lujoso descapotable (también regalo de una importante empresa con la que compartió una buena mordida) recibe una llamada de teléfono. Es su hijo, que le llaman desde EEUU, donde le cuenta lo bien que se vive allí, y cómo probablemente este año ya termine la universidad. Le dice en tono jovial que le vaya buscando un asiento en la comisión de administración de la empresa para cuando vuelva de cursar el máster. Ambos ríen.

Cuando acaba la conversación está saliendo de su lujosa casa con jardín y piscina, y se pregunta dónde andará su mujer. De pronto recuerda que hoy tenía cita en el SPA y luego había quedado con las esposas de otros empresarios para un brunch benéfico en el club de golf (sabe perfectamente que de benéfico no tiene nada, es para blanquear unos capitales y tal). También, de paso, recuerda que debe hacer una transferencia a sus cuentas de Panamá y las islas caimanes antes de que se celebre el juicio que tiene pendiente.

Cuando llega a las oficinas todo el mundo le saluda con una sonrisa falsa. Entra a la reunión que tenía acordada. Es una nueva operación urbanística, donde el contrato está amañado con el organismo público y se le concederá la obra gracias a influencias y amiguetes afines. Una obra que se hará con fondos públicos y financiados por el ayuntamiento.

Todo está hecho, pero le piden un recorte para aprobar el presupuesto. La empresa asociada también quiere su tajada. Así que como es un empresario muy importante y con años de experiencia, dinámico y versátil, decide ahorrar costes eliminando ciertas medidas de seguridad, como por ejemplo barandillas en los andamios.

Tras un fuerte apretón de manos todo queda cerrado. Todo salió perfecto. A pesar de tener un juicio pendiente por corrupción y estar investigado por varios delitos fiscales, aún tiene ese margen de maniobra para seguir haciendo sus negocios. Vuelve a pensar lo mucho que le gusta este país.

Llega a casa tras una buena comilona con altos cargos funcionarios (comilona pagada con dinero público y tarjetas de dudoso color oscuro), y tras eso se marchan a una sauna y masaje. Para rematar el día acuden él y sus amiguetes a un burdel de lujo donde son atendidos de forma excelente.

Ya en la cama antes de dormir piensa en lo buen hombre que es, el gran español que es y como le gusta España. Pronto queda dormido para no despertar jamás. Un infarto a media noche acaba con sus sueños.

Al día siguiente todos los medios le rendirán homenaje, portadas, especiales y hablaran de él como el gran español que fue. Se le guardarán minutos de silencio en cada institución. Dirán de él que era un hombre honrado y trabajador, que siempre quiso lo mejor para España. Culparán a otros de su mala prensa y sus errores. Cientos de cargos públicos y privados le agradecerán públicamente todo lo que hizo por el  país. Alabarán su figura una y otra vez, ensalzando lo magnifico que era. Algunos incluso dirán que merece una calle, un monumento o una placa conmemorativa.

Y así funciona el mundo, un Mundo feliz que muchos reniegan y dirán “exagerao” eso es “mentira”, no queriendo verlo (no será por la cantidad de links que documentan todo el artículo). Pero eso ya es problema de cada uno. Las Ratas Trajeadas, son como la banca, se parecen mucho, huelen igual y ambas siempre ganan.

Ratas Trajeadas: Sueño y Frío